jueves, 11 de noviembre de 2010

79. Amapolas en Afganistán

1.
Enfermedades infantiles degenerativas; policías astutos y tal vez corruptos; asados de fin de año de medianas empresas; pilotos cocainómanos de fórmula uno; viejos swingers arrugados; un político de bigote serio se pregunta por el destino de la patria; la luz roja por debajo del televisor apagado; a mi izquierda un cenicero, con un cigarrillo a medio fumar; a mi derecha el teléfono y el control remoto. Voy a llamar a Laura y voy a decirle que quiero que esté conmigo, que estoy dispuesto a perdonarla y que hasta estoy dispuesto a pedirle perdón.

2.
Oligopólicas industrias del acero; exploradores de otro siglo en el África profunda; periodistas grises y enredados; acertijos que cualquier idiota podría resolver; estrellas, planetas, agujeros negros; científicos enamorados de sus objetos de estudio; la agonía de la sobrepoblación carcelaria; sueños de unidad latinoamericana; la luz roja por debajo del televisor apagado; a mi izquierda una botella de Jack Daniel´s por la mitad; a mi derecha, el teléfono y el control remoto. No voy a llamar a Laura, ya fueron suficientes años de humillación. No pienso volver a verla, ni creo que tenga ninguna disculpa que ofrecer.

3.
Un sobre con información clasificada llega al destinatario equivocado; jugadores paranoicos de un deporte incomprensible; un guía de turismo que se parece a mi padre; un intrincado análisis sobre los pecados capitales y su influencia en la cultura occidental; siete mujeres acosan a un hombre hasta matarlo; amapolas en Afganistán; cálidos bebés de distintas etnias juegan a ser iguales; el hambre inaceptable en zonas pobres de países ricos; el sol sobre el desierto del Mojave; la luz roja por debajo del televisor apagado; a mi izquierda, los restos de una línea de cocaína; a mi derecha, el teléfono y el control remoto. Voy a llamar a Carolina, una mujer sana que puede sacarme de este encierro. Carolina siempre me quiso bien.

4.
La muerte y su influencia en los ritos de ciertas tribus amazónicas; soldados chinos y su orden oriental; un cortejo fúnebre avanza sobre la nieve de la estepa rusa; niños camboyanos entrenados para hacer acrobacias con el fuego; la imprecisa simetría de los cuadros de Modrian; una foto de Hitler en Viena, perdido entre una multitud; las señales precisas y sintéticas de los buzos; el efecto de la contaminación sobre la rivera maya; la luz roja por debajo del televisor apagado; a mi izquierda, un Pétrus Pomerol de 1996 por la mitad; a mi derecha, Carolina con una copa en la mano, junto al teléfono y el control remoto. Es seguro que pasaremos la noche juntos.

5.
Maquetas de edificios que jamás se construirán; un comediante afroamericano considera permisible hacer chistes racistas; modelos demasiado altas y delgadas parecen iguales entre sí; excéntricos millonarios pagan fortunas por visitar el espacio; el polvo de ladrillo de las canchas de tenis bajo el sol en Australia; microchips en el futuro harán nuestra vida más fácil; un plano aéreo de la ciudad de Buenos Aires; la luz roja debajo del televisor apagado; Carolina, sobre mí, me besa con sus labios morados por el vino. El teléfono suena a mi derecha, junto al control remoto. Debe ser Laura. No voy a atender.

lunes, 18 de octubre de 2010

78.

Bienvenida
Hemos estado esperándote

Te imaginamos con un clavel en la sonrisa
Pero llegaste con un escarabajo
Pegado a los labios

Presentimos una bondad monárquica
Y nos trajiste sólo lunas
En cuarto menguante

Nos ilusionamos con tu pelo
Cascada de vendajes
Y nos trajiste arcilla herida

No es que aquí seamos grandiosos
Esperanzados Jesucristos posmodernos
No es que aquí no admitamos
El error propio ni el ajeno

Pero no es menos cierto
Que tenemos mínimas certezas
Que nos unen
Que nos separan de tu infierno

Así que puedes irte
Porque hemos estado esperándote
Para que sigas lejos
Para que te manifiestes en la ausencia

viernes, 10 de septiembre de 2010

77.

Y fuimos a ver Watchmen.
Por Dios, que al pedo,
Qué sentido tiene
La oscuridad del cine
Mediando entre dos cabezas alejadas
Un incomprensible
Lleno de odio
De odio lleno hasta la nuca
Llena la nuca de odio lleno
De canciones trilladas
De Simon & Garfunkel
Describiendo maneras de comunicarse
Por Dios, que al pedo.

viernes, 2 de julio de 2010

76.

Hoy yo sé que tus tetas
Son tan sólo un recuerdo
La memoria distante
De algo que ya se ha muerto
Un clavo en el pasado
Que altera el pensamiento
Un puñado de avena
Que arrojamos al viento

Hoy yo sé tus caderas
Son un fantasma blanco
Y el contorno de tu ojo
Una estrella de fuego
Que mide las oraciones
Como si fueran párpados

Hoy no sé si quererte
O seguirte queriendo
O no haberte querido
O querer que no existas
Que no hayas existido
O volver a buscarte

Sólo sé que lo pienso
Porque me siento herido
Porque me siento padre
Del encabalgamiento
Que existía en tus tetas
En aquel otro tiempo
Porque vuelvo y me voy
Porque me voy y vuelvo
Pero nunca te miro
Pero nunca te encuentro

domingo, 20 de junio de 2010

75.

No quiero más mercurio
Ni polvo de la viuda
De tanto en tanto en tanto
De tanto en la mirada
Idiota
Me dijiste
Se puso colorada
Colorada se puso
Púsose colorada
Y vimos como un cuento
Que parecía de hadas
Terminó con cemento
Metido entre las calzas
A veces me pregunto
Porque es que pasa el tiempo
Y el tiempo dice basta
Pero no con palabras
Ni con cien mariposas
Que sueñan que no sueñan
El sueño suburbano
De la gaviota alada

lunes, 26 de abril de 2010

74.

Tengo que contar una historia
La necesidad tengo de contar una buena historia
Pero no se me ocurre nada
Podría empezar por las cimas
De esas montañas que separan
Los sismos de las vides
Y las vides del aire
Y el aire de la nada
Pero es clicheático-trilládico
Así que lo dejo ahí
Para no aburrir
A mi único lector desamparado
¿Qué quiere escuchar?
¿Qué vino a buscar
Acá
A este paraje desolado
Alumbrado por velas de ansiedad
Que se apagan cada vez más rápido?
Probablemente nada
No vino a buscar
Si no a encontrar
Y bueno
Algo ha encontrado
Por lo menos confirmó
Que no todo sándwich es tostado
Y que la vida puede ser desprolija
Complicada
Como un puto espantapájaro
Con parches en el saco
Y sacos en los clavos
De la madera que sostiene
La columna vertebral del espanto
De las aves
Que comen
Las semillas
Las semillas
Las semillas
En tus campos
En tus campos
En tus campos
Morados

sábado, 6 de marzo de 2010

73.

Era el poema que quería escribir
Cuando salí de ver el documental
Sobre Nestor Perlongher
Curiosa puñalada
De metal
Neo-barroso
Y al final
La realidad
Tampoco es tan diferente
Del azar
Y te vi a vos después
Que soleabas el alba en soledad
Con tus pinturas rígidas de crayones
Llenos de crueldad
Y de alegría humana
Y nada más que contestarte
Como se le contesta a la mañana
En los veranos
En los que uno cree que no puede sudar más
Pero la alegría
Y la crueldad
Motivan pensamientos
Curiosos cuentos de la infancia
Sedados por la droga
De la sobriedad absoluta
De la sobriedad de la verdadera sobriedad
Y ya no sé si importan
La infancia o el pasado o la verdad
Hoy no lo sé
Pero no me importaron
En el momento en que salí
De ver aquél documental
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