Las paredes blancas,
Las esquinas,
Las rusas flores
Pintadas con la sangre
De las algas.
La biblioteca
En la que duermen
Historias de cadenas
Y de viento.
Los vanos cuadros
De colores, que recuerdan
A Platón y a las formas
En la mente.
Los anaqueles,
Las luces
Que desvelan
Y la ciencia
no devela como ciertas.
Esa guitarra que me
Espera, sin nunca
Ser tocada por manos
Más que inciertas.
Esa llamada que será
la última
(eso espero)
si el tiempo es uno solo.
Ríos de sal que se
Forman en mi barba
Que Heráclito
Imaginaba fluir
eternamente como el alma.
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