Los cilíndricos puentes de los trenes
Se oxidan con el agua
Que corre oxidada por el tiempo,
En los días en que cae el invierno.
No están solos,
Puedo verlos jugar entre la tierra
Y llevar pasamontañas circulares
Que los cubren del hielo con viento.
En aquellos días pienso,
En las praderas, el verano,
Sobre la geometría húmeda de un cuerpo
De mujer que, aún imagino,
Llegará de la mano azul del tiempo,
Que oxida el agua pura y cristalina,
Y cierra y cicatriza
Los recuerdos
Que se vuelven idénticos e iguales
Tan iguales
Tan iguales
Como idéntico es igual a idéntico.
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