Te subiste a un tranvía
viajaste en el desierto,
invocaste la araña,
jugaste a la escondida.
Te pusiste un vestido,
de famélicas calas,
y compraste tu noche
rematando mi día.
Las arañas pollito
las hiciste gallina
y a un insípido postre
lo volviste ironía.
Un terrome terrome
un barco sin estrías
una ensalada magra
todo te lo comías.
Ojala que estes sola
sin mirarte a los ojos
sin ojos
sin lugares comunes
sin llaveros turísticos
que te laves los dientes
sin pasta
y tragues tu saliva.
¿Por qué?
No quisiste hacer nada
No quisiste.
Porque soy egoísta
y me cagaste la vida.
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